Hay quienes recuer­dan fiel­mente, cuan­do las luces reg­u­la­bles tuvieron un gran impacto en la indus­tria de ilu­mi­nación y la for­ma en cómo podíamos inter­venir la luz en el espa­cio que deseamos; de una for­ma con­ve­niente, las primeras luces reg­u­la­bles tenían un inter­rup­tor (switch) que al girar nos daba may­or o menor inten­si­dad de luz, como si se tratara de abrir o cer­rar la llave del lava­manos. Era todo un acon­tec­imien­to el poder con­tro­lar la luz de un espacio.

Las luces reg­u­la­bles han exis­ti­do des­de la primera bom­bil­la indus­tri­al lan­za­da por Thomas Alba Edi­son, sin embar­go, no se conocía mucho de esta car­ac­terís­ti­ca, por lo cual el uso de inter­rup­tores con per­il­la no había sido masi­fi­ca­do, con el tiem­po esto cam­biaría.  La pop­u­lar­i­dad de las luces reg­u­la­bles aumen­tó entre la déca­da de los 80 y 90’s, aun así, los inter­rup­tores dim­mer no eran uti­liza­dos de for­ma masi­va, no obstante, con los avances de com­po­nentes elec­tróni­cos y de las bom­bil­las LED la posi­bil­i­dad de ten­er lumi­nosi­dad gradu­able es un hecho.